El último anochecer
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Yacen cansinos los restos
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de un viejo recuerdo de ayer
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la brasa quedó hecha cenizas
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y eterno el anochecer,
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las hienas estaban alegres
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danzaban a más no poder
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la marca tallada en madera
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y el último adiós en papel.
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Sumisos los ojos extraños
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vagaban deseando exiliar
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culpables los otros a oscuras
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cegados por el más allá,
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sin miedo pero desconfiado
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partió a su destino final
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teniendo aún fresco el recuerdo
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y el sabor en el paladar,
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reposa en penumbras la pena
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junto al llanto eterno de ayer
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quemando al dolor en la hoguera
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y en la cavidad de otra piel.
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RICKY ROSE
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El calamar rojo gigante
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Las luces de emergencia iluminaban lo suficiente como para saber dónde
estaba. También el lío en el que Carla se había metido. Tanta...
Hace 3 días