Vestida de noche
|
Dejaste de lado a la luna
|
quitando toda distracción
|
pues ella, no era la estrella
|
tan solo su decoración,
|
pero no conforme con esto
|
la noche quiso estar en ti
|
ser parte del mismo deseo
|
y arrojarse en piel ante mi.
|
Tu boca pedía una brisa
|
de prisa, sin una objeción
|
un soplo que calme la hoguera
|
o que reanimase el fogón,
|
sin tiempo para las promesas
|
le dimos de lleno al amor
|
logrando engañar a la luna
|
que había ido en busca del sol,
|
y tú con tu mejor encaje
|
decoraste su deserción
|
vistiendo al desnudo el deseo
|
y a fuego, la noche que ardió.
|
RICKY ROSE |
EL ARTE DE LA ENCUADERNACIÓN
-
*Hace unos días, en la Biblioteca Cervantes de Pozuelo de Alarcón, he
tenido el placer de disfrutar de una excelente exposición sobre el
maravilloso art...
Hace 1 día